jueves, 5 de noviembre de 2009

BLUMENTHAL EVOLUTION


Sin duda alguna, una de las visitas más ansiadas en los últimos años, en que el Salón Internacional de Gastronomía se viene realizando e invitando a lo mejor de la gastronomía mundial, era el encuentro con el Chef Heston Blumenthal.
Y la verdad, no dejó ninguna aspiración sin cumplir o promesa, de ver una gran obra, manifestada en el extraordinario trabajo, que lleva a cabo dentro de los Fogones del Fat Duck.
Este genio de la cocina, de manera muy natural y sin poses, se dirigió a la audiencia contándole viejos pasajes de su vida, en donde esgrimió y dio razones por lo cual se adentró en el mundo de la restauración.
Ataviado de una Filipina blanca, sin ningún tipo de emblemas, ni logos, ni siquiera su propio nombre, Blumenthal comenzó bromeando sobre lo alta que seria la tasa de gente dormida al final de su ponencia; broma que nunca llegó a ser cierta pues la atención del público siempre estuvo presta a cada instante de su charla.
La Experiencia sensorial sería parte de la trama que este excelso chef dominaría, durante su ponencia, en la cual relataría parte del viaje experimental con que sometio sus sentidos durante estos últimos años y en donde interactuando con el publico a través de un sobre blanco sellado con cera, escondido previamente debajo de los asientos de todos los asistentes y con los emblemas del Fat Duck, simplemente invito a todos, a romper el sello de nuestros propios paradigmas, entregándonos así parte de su magia, que cual sombrerero loco salido del mundo de Alicia en el país de las maravillas ha logrado con tesón y esfuerzo impresionar así, a todos sus comensales y en ese momento, a todo el publico presente en sala.
Con un par de nuevas técnicas de cocina que entregaría sin miedo a la audiencia, demostró que su búsqueda va mas allá del hecho de hacerse un nombre en la estela gastronómica mundial, que lo que en verdad busca es poder entregarle al mundo la capacidad de saborearlo mejor y de cómo resguardar los recuerdo que sin duda alguna nacen tras una comida inolvidable ya sea, por ser compartida con los seres que uno ama o simplemente por el escenario que nos rodeaba.

Al final, solo y agradecido, con todos, por haberlo dejado mostrar un pequeño resumen de su vida a través de su obra, se sintió emocionado ante un fuerte y largo aplauso general, dentro de esa gran carpa que serviría de punto de encuentro con un publico ya ansioso de esperarle y que sin duda alguna se llevaría de allí un recuerdo sensorial que abarco todos los sentidos…con un Heston Blumenthal simplemente, ¡Brillante!.